oaxaca

Oaxaca es un estado que se escurre. Se tiene que escuchar muy atentamente. Se respira el aire teñido de achiote, copal, tierra batida. Cantan a coro sus mercados, sus montañas, todos sus paisajes. Te hablan, a veces gritan y también, susurran. Es una danza viva entre lo tradicional y lo contemporáneo. Se entrelazan en un son fuerte y a la vez calmado. En este estado del sur-este mexicano todo sucede, todo se ve, todo se huele y acontece. Rodeada de sierras, lamida por la costa del pacífico y frondosa en sus zonas selváticas. En este estado todos los sentidos se confunden y amplifican.En cada esquina, en cada cruce, puedes perderte y ensimismarte en una miríada de detalles. Las flores, los murales, el color de sus calles. La relación entre arte y territorio en Oaxaca es profunda. Las prácticas contemporáneas dialogan constantemente con saberes ancestrales, oficios tradicionales y movimientos sociales. Es un lugar complejo y propicio para la creación y la investigación artística.Desde el barro negro de San Bartolo Coyotepec hasta los alebrijes tallados con una minuciosidad extraordinaria en los Valles Centrales, pasando por los majestuosos telares de Teotitlán del Valle, el cuidado por el arte y lo artesanal es un emblema del estado oaxaqueño. Las tradiciones se mantienen vivas de generación en generación. La creación encuentra un terreno fértil donde crecer.